VALENCIA.- Mike Oldfield apadrinó en Valencia el desembarco en España del espectáculo 'Night of the Proms', una iniciativa centroeuropea que recrea los clásicos populares, tanto del pop-rock como de la ópera y la música sinfónica, en una gala de permanentes grandes éxitos y ambiente familiar.

Era la primera vez que esta cita, nacida en Bélgica en 1984, recalaba en nuestro país y lo hizo con las mismas armas de las 24 ediciones anteriores: nombres clásicos y famosos del pop-rock masivo y una efectista puesta en escena donde la orquesta pone el tono sinfónico a una velada destinada a todos los públicos.

El velódromo Luis Puig acogió un espectáculo de tres horas donde tuvo cabida desde el pop-rock de los años 80 hasta el flamenco, pasando por la música clásica y éxitos de películas, todo ello envuelto en un variado y omnipresente juego de luces que acompasaban los constantes solos instrumentales o vocales para lucimiento de músicos y cantantes.

El tenor Tony Henry abrió el programa con su cómica recreación de 'El barbero de Sevilla', a la que siguió la primera intervención de Ana Torroja, quien interpretó 'Hijo de la Luna' desde el centro del foso arropada por la orquesta de 75 músicos y el coro de 50 voces, junto a una banda rock diseñada para grandes estadios.

La parte flamenca correspondió a Chico and the Gypsies, formación salida de los míticos Gypsy Kings y que hizo bailar al público -de todas las edades y parentescos posibles- con 'Bjobi Djoba', 'Bamboleo', 'A mi manera' (versión muy agitanada del 'My way' de Sinatra) y 'Volare', con solos de guitarra apoyados por la orquesta y el coro que acompañaban con coreografía los vaivenes de la fiesta.

Y tras ellos, la nostalgia por los años 80. Tears for fears, uno de los grupos más recordados de aquella época -especialmente en Valencia, donde el recuerdo ("remember") de las dos últimas décadas sigue siendo mandando en el ocio musical nocturno-, recuperaron 'Mad world', 'Everybody wants to rule the world', 'The seeds of love' y 'Shout', uno de los momentos más populistas de la noche con su ritmo machacón y sus atronadores coros centrales retumbando el velódromo.

John Miles interpretó 'Music (was my first love)', considerado el himno de 'Night of the Proms' desde sus inicios, mientras Tony Henry acometió varias piezas clásicas más, como un fragmento de la música original de la película 'La misión', el 'Miserere', 'La nostra favolla' o 'Delilah'.

La orquesta también tenía su protagonismo entre una y otra actuación, para ejecutar, entre otras, 'El vuelo del moscardón' (con xilófono incluido), los 'Preludios' de Lizst, 'Carmen' o 'El pájaro de fuego', junto a valses y un popurrí de temas clásicos y muy conocidos para el gran público (como la pieza central de "En busca del arca perdida", de John Williams).

Además, John Miles se atrevió al piano con 'La Sagrada Familia', de Alan Parsons Project, acompañado por todo el rock de la Electric Band, la orquesta Il Novecento y el coro Fine Fleur.

Ana Torroja recuperó, con más ganas que voz, 'Me colé en una fiesta' y 'Barco a Venus'. El filón de Mecano sigue siendo un valor seguro para una convocatoria de este tipo, más cuando la organización, tras basarse en Centroeuropa, pretende afianzarse en España: el sábado se celebra en Madrid, en 2008 quieren ampliarse a dos ciudades más y al año siguiente llegar a seis galas.

Y el colofón llegó con Mike Oldfield, el principal reclamo de una convocatoria -por la que han pasado Sting, James Brown, Supertramp o Joe Cocker- basada en la nostalgia y los grandes éxitos, como los que interpretó el creador de 'Tubular bells': 'Ommadawn', 'Shadow on the wall', 'To France' y, como clímax de cierre, 'Moonlight shadow', estas dos últimas con Rosa Cedrón, la ex líder de Luar na Lubre.