15 Enero 2017

Entrevista Daily Mail 14/enero/2017: RTO + TB4

(Enviado por fairlight)

[publicada originalmente en inglés en http://www.dailymail.co.uk/home/event/article-4116666/He-s-endured-divorce-death-disaster-feud-Richard-Branson-Mike-Oldfield-s-s-plotting-gleaming-new-Tubular-Bells.html ]

 

Ha sufrido un divorcio, muertes, desastres... y estar enemistado con Richard Branson. Pero Mike Oldfield ha vuelto y está tramando un nuevo y fulgurante Tubular Bells

 

Contemplando un océano bañado de azul turquesa intenso, Mike Oldfield reflexiona. "Creo que no tengo madera de caballero de la Orden del Imperio Británico", afirma entre suspiros el compositor multiinstrumentista británico más laureado, cuyo Tubular Bells, del que se han vendido 16 millones de copias, batió todos los récords al permanecer en las listas de ventas del Reino Unido 280 semanas. "Nunca me han ofrecido ningún premio. Soy la oveja negra de la música británica".

"Sigo siendo muy patriota. Estoy muy orgulloso de ser británico. Seguí en directo el referéndum del Brexit y deseaba que el Reino Unido saliera de la Unión Europea".

"Admiro mucho a la reina. Y he visto al príncipe Carlos un par de veces. Lo malo es que cometí el error de hablarle sin que él se me hubiera dirigido primero: le pregunté qué tal le iba con las clases de violoncelo, y se supone que no puedes hacer algo así. Qué tonto fui. Así que creo que ahí tiré por la borda mi condecoración".

 

Music has always meant escape to Oldfield. As his mother’s alcoholism and mental condition deteriorated throughout the Sixties, he would remain in his room patiently practising the acoustic guitar

En octubre del año pasado, el huracán Matthew azotó las Bahamas: arrancó árboles y el tendido eléctrico, y daños materiales por valor de 500 ilones de libras. La casa de Oldfield, robusta como un búnker, resistió, pero el musico también ha tenido que sobrevivir a su propia tormenta personal.

En 2014 se divorció tras 11 años de casados de Fanny Vanderkerckhove, una criadora de caballos francesa y madre de sus hijos pequeños, Jake, de 12 años, y Eugene, de 8, hecho que le pasó factura a nivel emocional y económico.

Después, en mayo del año pasado falleció de forma ineserada y por causas naturales a la edad de 33 años su hijo mayor, Dougal Oldfield, uno de los tres que tuvo con la agente de promoción artística Sally Cooper.

"Mi hijo falleció trágicamente", sentencia Oldfield con voz distante y baja. El propio padre de Oldfield, Raymond, también murió en 2015 a los 93 años de edad.

Cuando se le pregunta a Oldfield si repartirá su dinero entre sus hijos, llegada la hora, su respuesta es sorprendente: 

"No estoy seguro de si quedará algo para ellos después de los últimos cuatro años, para ser sincero", contesta entre suspiros. Oldfield perdió buena parte de su fortuna entre divorcios y malas inversiones inmobiliarias, así que tuvo que vender a regañadientes su Sea Dragon, un yate de 20 metros de eslora, y ahora navega con uno más modesto, de 5 metros. En las Bahamas, un lugar en el que la navegación está tan presente y en el que se tiene en cuenta quién tiene o deja de tener yate, fue un trago de humildad. 

Oldfield gesticula y nos coduce hasta su destartalado estudio de grabación, con relajantes vistas al mar.

Ahora es ciudadano bahameño. "Tengo la sensación de que las Bahamas son un enclave británico", asegura. "Antes fue una colonia británica y sigue formando parte de la Commonwealth. Me recuerda al Reino Unido, cuando era pequeño en Reading: no hay cámaras por todas partes que observan todo lo que haces".

Oldfield ha abierto sus puertas para hablar de Return to Ommadawn, una pieza de acompañamiento para su Ommadawn original de 1975, grabado tras su fenomenal Tubular Bells.

Le locura que siguió al éxito mundial de Tubular Bells en 1973 fue tal que pareció hasta normal que su joven y excéntrico creador, que por aquel entonces vivía en Gloucestershire, adoptara a un león de un año llamado Clyde, que correteaba suelto por su casa y que incluso dormía en la cama de Oldfield.

"Supongo que era una mascota fuera de lo común", dice Oldfield, que ahora tiene 63 años. "Era tan peligroso como te puedes imaginar, y muy fuerte y ágil. Podía tirarte con una sola pata. Una vez le dije a su cuidador que lo llevara a las oficinas de Virgin Records: '¡Vamos, Clyde, ve a ver a Richard!'".

Sir Richard Branson, cuyo imperio se cimentó con Tubular Bells, logró esquivar al animal, tras escuchar el griterío que llegaba de recepción con la inesperada visita de Clyde.

Lo irónico del caso es que, si alguien había devorado algo, había sido Branson y buena parte de los beneficios de Tubular Bells que le correspondían a Oldfield.

"Un día lo calculé: los primeros cinco años tras la publicación de Tubular Bells saqué 180.000 ibras", declara Oldfield sobre el injusto acuerdo fiscal.

Cuando se le pregunta cuánto ganó Branson, a Oldfield se le escapa un grito de agonía, que deja inquieto a un adormecido Mac, su potcake bahameño.

"Pero Richard y yo ya no estamos peleados", apostilla relajadamente. "Hace tiempo que enterramos el hacha de guerra". 

Vino aquí hará un par de años. Había arreglado Tubular Bells para piano y se estrenaba en la escuela de mis hijos. Vino para verlo con su jet y se quedó aquí. Comimos juntos, se pasó un poco con la bebida y luego se empeñó en que quería escuchar algunas canciones. Pero sólo las tontas que he hecho, como Blue Peter". 

Se muestra reacio a comentar si Branson le ha comentado alguna vez el mensaje que dejó oculto en los 48 minutos de su álbum de 1990 Amarok, una secuencia en morse con el mensaje "Fuck off RB" (Vete a la mierda, RB).

"No hablamos de esa cosilla", comenta Oldfield saliendo del paso. "Pero sí vuelo gratis en Virgin Airlines, en primera clase, cuando quiero y donde quiero. El único problema es que no vuelan a las Bahamas, así que no tengo tantas ocasiones para aprovecharme".

La última vez que Oldfield salió de la isla fue para actuar en la gala inaugural de Danny Boyle de los Juegos Olímpicos de 2012. "Menudo subidón fue", recuerda Oldfield. "Tenía miedo escénico antes de salir, evidentemente, pero en cuanto empezamos a tocar, fue una sensación maravillosa. Me sentí libre".

La música siempre ha sido una vía de escape para Oldfield. Mientras el alcoholismo y la enfermedad mental de su madre se agravaban conforme pasaba la década de los años 60, Oldfield se encerraba en su cuarto y ensayaba con su guitarra acústica pacientemente. Maureen Oldfield murió en 1975.

"Tuve una infancia problemática con mis padres, con mi madre", afirma. "Estaba deprimido y creé una realidad alternativa en la música, que era todo lo que no tenía en mi vida. Hay un pasaje de Tubular Bells con unas mandolinas etéreas: es como si estuvieras en el cielo, que era todo lo contrario a como me sentía en realidad. Recuerdo que lo hacía para compensar la tristeza de aquella época.

Oldfield encontró un alivio para su depresión en 1978 con Exegesis, un polémico programa que gozó de una cierta popularidad a finales de los 70, en el que sus participantes experimentaban un renacer psicológico dramático. "Poco a poco, llegué a la raíz de todos mis problemas", recuerda. "Aquello que me estaba bloqueando cuando era joven era algo muy sencillo. Básicamente, el momento de mi nacimiento, salir por el canal de parto al mundo real, seguía ahí en mi mente". 

 

 

"Liberarme de ese momento me libró de los ataques de pánico el resto de mi vida", afirma con rotundidad.

Dentro de su casa, en la que Oldfield vive con Eugene y Jake, el pequeño arseñal de pistolas de agua indican que Oldfield disfruta reviviendo su infancia hoy en día de un modo mucho menos traumático. Atrás quedan sus noches de fiesta y borracheras a todas horas.

También tiene hijos adultos: Molly, de 36 años, y Luke, de 29 años (hermanos del difunto Dougal), con su exmujer Sally Cooper; y Greta, de 27 años, y Noah, de 26 años, con la canante noruega Anita Hegerland, de 54 años.

Reflexionando sobre la vida, Oldfield afirma que querría que se esparcieran sus cenizas por las Bahamas. Y, en caso de que se hiciera una película sobre su laureada carrera, sugiera que fuera Eddie Redmayne quien le representara.

"Qué actor tan increíble", dice Oldfield entusiasmado. "Fue increíble su actuación como Stephen Hawking. Quizá debería pedirle a Danny Boyle que la dirigiera y encargarme yo de la música".

Entre la música para cine que ha compuesto Oldfields se incluye la inolvidable banda sonora de "Los Gritos del Silencio" y su escalofriante contribución a "El exorcista", un fragmento de Tubular Bells, convertido desde entonces en el estándar musical del miedo.

"Me suele caer algún pellizco por Halloween cada año", dice sonriendo. "No son grandes cantidades de dinero, pero los royalties siguen llegando cada año por esa época".

Deja caer que habrá un Tubular Bells IV (las secuelas II y III alcanzaron el primer y cuarto puesto en el Reino Unido en 1992 y 1998 respectivamente), lo que nos devuelve inevitablemente a Branson.

Le pregunto a Oldfield si cree que el siempre sonriente multimillonario Branson saldrá al espacio con Virgin Galactic. "Al final sí", dice sonriente. "Tiene una manera de conseguir ese tipo de cosas. Pere vete tú a saber. Creía que estaba loco cuando me dijo que se iba a meter en lo de los trenes. Yo soy un completo inútil para los negocios".

"Ojalá tuviera una milésima parte de su buen ojo para los negocios. Querría poder decirle: '¿Te parecería bien si te cambio la mitad de mis dotes para la música por tu ojo para los negocios?'".

Branson podría llegar a semejante acuerdo con su viejo amigo, pero está claro que querría negociar las condiciones. El músico aplaude con alegría, con unos ojos relucientes como el mal que tiene ante sí. "Conociendo a Richard, probablemente intentaría rebajarme el porcentaje", dice Oldfield entre carcajadas, y es la primera vez de la entrevista en la que parece que está verdaderamente relajado.

 

fairlight dijo:

^^^ Por si alguien no controla del todo el inglés, aquí está traducida la entrevista de ayer

Andaluz dijo:

Gracias, Fairlight. De toda la entrevista, hay una frase que me conmueve y perturba a la vez: la referencia a Eddy Redmayne, Danny Boyle, una eventual película sobre su vida..... De verdad, me ha recordado la mítica secuencia final de "El Crepúsculo de los Dioses", de Billy Wilder. Sé que suena excesivo y cruel, pero ha sido leerla y venirme de golpe esa genial y tremenda secuencia..... :_(

Unknown Man dijo:

Gracias por la traducción!

fairlight dijo:

Bienhallado, Unk! Un placer, aquí manteniendo vivo el legado de Rita la traductora :)c

Afghan dijo:

A mí me da toda la entrevista una sensación de tristeza que pa qué...

fairlight dijo:

Por cierto, ¿cuál creéis que es el pasaje de TB que dice que es lo que a él le evoca a lo que oiría en el cielo?

Para mí sería "Peace", pero quizá podría serlo también "Ambient Guitars".

Da dijo:

El primero porque es el que compuso de adolescente. Ambient se medio improvisó durante la grabación de TB. Ambos fueron un recurso de última hora para dotar a TB de una segunda parte, igual que Caveman.

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Traducción al Español por Mike-Bell. Artwork by Krenes

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